miércoles, octubre 15, 2008

HACIA RUTAS SALVAJES

Todo empezó por pura casualidad. Leía el periódico y al pasar una pagina poco interesante demasiado rapido me detuve sin mas, aun no se por que. Se veía una foto de un chico sentado en el techo de un autobús y empecé a leer el texto, fue asi como me entere de la historia de Chris McCandless y su trágico destino. En el articulo se hacia un resumen de la vida de McCandles, que fue recogida en el libro Into the Wild por Jon Krakauer y todo a cuento de que Sean Pean había estrenado en España una película basada en ese libro. Me impresionó tanto lo que leí en el periódico que una fuerza brusca me impulso a conocer todos los detalles de lo que ocurrió sin perdida de tiempo.

En internet pude encontrar el articulo original en ingles que Jon Krakauer escribio para la revista Outside. Ese articulo es el punto de partida mediático de toda esta historia, hasta entonces McCandless era todo un desconocido, como el mismo había deseado. Cuando Krankauer contó al publico la historia de un chico de buena familia, recién licenciado en la universidad y con un futuro prometedor que lo abandono todo, perdió el contacto con su familia y se convirtió en un vagabundo por dos años por todo la mitad oeste de los Estados Unidos hasta aparecer muerto dentro de un autobús abandonado en lo mas remoto de Alaska se produjo tal aluvión de cartas a la redacción de la revista Outside que ya nada seria igual para él. Krakauer amplió su anterior articulo e inició su particular búsqueda de la verdad, que reflejo en un libro, recorriendo todos los puntos por donde paso MacCandless y entrevistando a todos aquellos que lo conocieron en su ruta, los amigos que hizo, los conocidos y finalmente su familia que le abrió las puertas de su casa a Krakauer. Tambien tuvo acceso al diario de Chris y a las fotos que el mismo se saco durante sus rutas.

El articulo de Krakauer apenas me sacio, casi no podía esperar al día siguiente que era lunes para ir a la librería a comprar el libro. Esa misma noche ya estaba leído entero. La historia me dejo pensativo toda la noche. ¿Cómo pudo alguien tan joven despreciar así a su familia, romper definitivamente con ella? ¿De donde saco la fuerza de voluntad para no echarse atrás cuando pasaba tantas penurias por lugares aridos, inhóspitos y perdidos de la mano de Dios?. Es indudable el merito de saber sobrevivir tan bien, al tiempo que se cambia tanto de lugar y ¿como pudo hacer tantos amigos durante su periplo?. ¿Se acordó de su familia y de su anterior vida cuando agonizaba? ¿Sintió cariño hacia ellos en esos momentos?, desde luego en su diario no lo reflejó. Su determinación y fuerza de voluntad son impresionantes.


El libro empieza por el final: el hallazgo del cadáver de Chris McCandless en el autobús en medio de un bosque por unos cazadores y unos excursionistas. Y termina volviendo allí: el regreso al lugar donde Chris vivió en Alaska durante tres meses. Krankauer vuelve allí con unos amigos para seguir a pie su misma ruta y explicarnos los pasos que tuvo que cruzar por la profunda Alaska y de nuevo regresa con los padres de Chris en helicóptero a petición expresa de la madre, cerrando el libro de la forma mas emotiva que uno podria imaginar.

Cuando McCandles estaba solo en Alaska, entre abril y agosto de 1992, yo aprobaba in extremis COU y preparaba la selectividad. Era el año de las olimpiadas ,de la expo, del ultimo año de George Bush padre, del estallido racial en aquella primavera en Los Angeles, algo de lo que él ni se entero,.... y también terminaba mi epoca dorada y maravillosa del instituto y tocaba salir fuera de casa para la etapa universitaria. Leer el libro me ha hecho volver ,en parte, alli. McCandles se quedo a las puertas de un mundo que estaba cambiando con la caída del bloque comunista, se perdió el boom de internet, de las nuevas tecnologías, y tantas otras cosas y no alcanzo a saber como él hubiera visto todo eso, pero es posible que no hubiera casado con su forma espartana de vivir. Paradójicamente, él que murió en soledad de inanición en un improvisado camastro, sin nadie que lo arropase, terminó por convertirse casi en un celebridad, para continuar asi viviendo de otra forma.




PS: Mientras escribo esto, miro un momento los periodicos online y veo que Jörg Haider, lider de la extrema derecha austriaca (virtual ganadora hace unos dias) ha muerto. Casi parece irreal. Me vienen a la mente los bellos ojos azules de mi amiga vienesa Anja, hablándome horas y horas de la maldad de Haider. Haider fue tema recurrente en nuestras conversaciones. Los muertos no inspiran terror. Y el mundo sigue cambiando.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No sé como he llegado finalmente a tu blog pero he de decir que me ha encantado esta entrada sobre Mccandless, un chico que murió haciendo lo que quería, por accidente claro está pero seguramente que poco se arrepintió del resultado comer esa planta venenosa.

Solo decir que Chris fue y será un personaje al que admiro con gran intensidad y que ojalá algún día yo mismo pueda realizar toda esa travesía que tanto le aportó.

Todos llevamos una parte de Chris en nuestros corazones

7:37 p. m.  

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